Monday, December 25, 2006

SOBRE LA PIRATERIA DE CDs I DVDs

Ula-ula!

Navegant per internet, teclejant www.sopadecabra.com i esperant trobar la web del grup català dissolt ara fa cinc anys, he topat amb la web d'una revista de literatura i opinió que duu el mateix nom. En el seu onzè número, he llegit un article molt interessant sobre la pirateria. Us l'he copiat seguidament.

Per cert, bon Nadal.

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La aparición de las grabaciones digitales de música comercial - el compact disc - ha tenido a medio plazo importantes consecuencias para el mercado musical. Fue la primera de una serie de innovaciones tecnológicas que han abierto el camino a que las discográficas perdiesen el control de sus ediciones. Los pasos han sido los siguientes:

- aparición de grabadoras de CDs y programas de copiado. Este fue el paso más importante. Simplemente con una grabadora de CD muchos jóvenes alquilaban un CD original o lo conseguían prestado de algún modo y en menos de una hora tenían su propio CD idéntico al original, al módico precio de 300 ò 400 ptas que era lo que costaba un CD virgen entonces.

- popularización del formato MP3. Uno de los mayores inconvenientes de la música digital en su inicio era el tamaño de los ficheros. Cualquier canción en formato CD o en formato wav ocupa unos 50 MB. Esto no parece mucho hoy día, pero hace 8-10 años teníamos discos duros de 1 GB e incluso menos, de modo que volcar el contenido de un solo CD - unos 600 MB - en el disco duro ocupaba más de la mitad del espacio. El formato MP3 consiguió reducir a unos 3 MB el tamaño en disco de cada canción. Un CD completo en este formato apenas ocupa 40 MB lo que hace posible el almacenamiento masivo de música digital en discos de pocos GB.

- paralelamente al punto anterior la expansión de Internet y los programas P2P - desde Napster a eLephan pasando por Kazaa, eDonkey, eMule, etc - han permitido el intercambio de música entre usuarios de todo el mundo. Los ficheros son cada vez más pequeños, los medios de almacenamiento más grandes y la velocidad de datos por la red se ha multiplicado por 100.

Todo esto ha conducido a que el número de copias piratas de CDs sea cada vez mayor llegando a alertar a la industria discográfica por la pérdida de ingresos que le supone. Efectivamente no es justo que unas personas trabajen e inviertan para conseguir un producto que después otros piratean sin ninguna contraprestación ni impedimento.
No podemos estar a favor de la piratería, ninguna persona sensata podría estarlo. Pero en nuestra opinión se está enfocando el asunto con errores muy serios que vamos a intentar señalar:

1) El precio de la música es demasiado caro. Pagar 18 ò 20 euros por un disco del que normalmente sólo se disfrutan un par de canciones es demasiado para la mayoría de los jóvenes. Los costes no lo justifican porque si bien es cierto que la producción es cara, también lo es que un precio tan alto limita las ventas por lo que el coste final por disco vendido es mayor aún. Quienes tenemos ya alguna edad recordamos cuando la música venía habitualmente en vinilo y apareció el CD. El mismo disco salió durante un tiempo en ambos soportes, incluso en la ya desaparecida musicassette. Pues bien, el precio en CD era casi el doble que en vinilo, para el mismo disco. Con la aparición del CD nos subieron la música al doble casi sin darnos cuenta, fascinados por aquella nueva tecnología. El abuso coló porque pensábamos que fabricar aquellos platillos brillantes debía ser muy caro pero ahora sabemos que la fabricación de un CD es mucho más barata que la de un vinilo e infinitamente más barata que la de una musicassette. Fue un verdadero abuso del que nadie habla.

2) Hay dos tipos de 'piratas' de música: los usuarios, meros coleccionistas curiosos de toda la música que cae en sus manos y los 'profesionales', los que se dedican al negocio ilegal de vender copias piratas y hacen buenos beneficios de modo completamente parásito. Los primeros no ponen en peligro el sistema. Gente joven que si no pudiera conseguir la música de ese modo simplemente no la tendría. Actualmente un muchacho con acceso a Internet puede tener toda la música que le gusta y hasta la que no le gusta sin gastarse ni un euro en la casa de discos. Puede que 'se baje' 30, 40 o más discos por mes. ¿Quiere eso decir que la casa de discos pierde 120.000 ptas al mes por ello? Ni mucho menos, el chico del que hablamos simplemente no tendría esa música, pero no se gastaría 120.000 ptas al mes en discos, es obvio.

3) El efecto que produce este fenómeno - el del 'pirata coleccionista' - sobre la música es ambivalente. Por un lado es cierto que las discográficas pierden algo de dinero. Pero por otro la expansión de la música es hoy día como nunca, se escucha mucha música, se conoce mucha música y ése también es un factor a tener en cuenta. Discos que pasarían sin pena ni gloria llegan a ser más conocidos y escuchados porque están al alcance de mucha gente. Si no hablamos sólo de dinero sino de éxito y aceptación popular la música está pasando por el mejor momento de su historia.

4) Hace 50 años una familia sólo tenía que preocuparse por la casa, la comida y algo de ropa. En eso es en lo que gastaba el dinero. Después han ido saliendo al mercado una serie de cosas que se han convertido en necesidades: el coche, la lavadora, el televisor, el equipo de música, la cámara de fotos, el video, la cámara de video, el congelador, el microondas, la secadora, el lavavajillas, el PC, etc, etc. Todas estas cosas al principio se han presentado como un lujo al alcance de pocos. Un televisor en blanco y negro costaba en los 60 el sueldo de 3 ò 4 meses. Los primeros videos costaban el sueldo de medio año y muchos los compraron haciendo un sacrificio en mensualidades. Los primeros teléfonos móviles, del tamaño de una caja de zapatos, costaban cerca de 400.000 ptas. hace 20 años, lo que sería hoy mucho más de un millón. La gente quería acceder a estas nuevas tecnologías pero el precio era un problema, el sueldo es el que es y no se puede estirar. Si antes sólo comprábamos ropa, comida y algunos muebles después ha sido necesario comprar cien cosas más, todas las enumeradas antes y algunas otras. Hay que comprarlas cuando se forma casa nueva e irlas renovando porque se estropean, cada 5-7 años se renueva casi todo. LA UNICA SOLUCIÓN HA SIDO BAJAR PRECIOS. Si no, no podríamos comprarlas. La música sin embargo no ha tenido esto en cuenta. Los jóvenes también han sufrido la presión del estas nuevas necesidades. La informática, el móvil, el ocio fuera de casa, todo esto son nuevos gastos que los padres de la generación actual no tenían. Los jóvenes ya no tienen dinero para seguir comprando la música al precio equivalente al que la pagábamos hace 10 años porque tienen más gastos por todos lados. Además la música es mucho más efímera y abundante, antes podías comprarte el 'disco del verano', ahora ¿cuántos discos habría que comprar cada verano? El precio de la música tiene que adaptarse al bolsillo de los posibles compradores. No es solución ni es buen marketing dejarla a un precio inalcanzable para la mayoría porque es algo que la juventud necesita y que bien gestionado puede llegar a todo el mundo - como debe ser - y además ser buen negocio. La música no se puede secuestrar.

5) Las iniciativas que se han tomado para cortar la piratería van por mal camino. Poner un canon a los CDs vírgenes es una injusticia se mire como se mire. ¿Por qué tiene que pagar a la SGAE quien compra un CD para grabar en él sus propios datos? ¿Por qué hay que pagar a la SGAE como si todos fuésemos piratas? ¿Acaso este pago legitima la piratería? ¿Y si no la legitima, qué sentido tiene? La idea es: 'te cobramos un dinero al comprar este CD por si acaso pirateas música en él, pero aunque pagues no puedes piratear porque es un delito'. Completamente absurdo, clama a la justicia y a la lógica. Pago por si hago, o hacen otros, pero no puedo hacer... Por el mismo camino podrían cobrarnos al entrar en un banco, porque hay quien entra para robar... por si acaso.

Para más indignación, son los usuarios corrientes y los meros 'coleccionistas' los únicos que pagan este canon. Los verdaderos piratas, los que graban discos para venderlos, compran los CDs fuera de los circuitos normales y no pagan canon. Ya es el colmo. ¿Que dónde los compran?, no es ningún secreto, en las subastas de eBay por ejemplo. A 20 céntimos CD, precio total. O en Andorra, etc. Como los compran por miles – el negocio es grande - les salen más baratos aún.

6) El colofón del despropósito es que todo el mundo sabe donde se venden estos discos piratas. En los bares y aceras de todas las ciudades se ve continuamente la venta ambulante de estos discos piratas. Todo el mundo sabe donde están, apenas se esconden por guardar un poco las apariencias pero nadie hace nada. Las rutas de bares a mediodía, las aceras de lugares céntricos a determinadas horas. La policía sabe muy bien donde están pero no hay voluntad de acabar con ello, tal vez porque es un modo de ganarse el pan para muchos inmigrantes que si no quizás se dedicasen a otra delincuencia más peligrosa. ¿Tiene que pagar la música el coste de esta inmigración?

7) Lamentaciones de las casas de discos no tienen fundamento. El que es músico lo es por vocación, no importa cuanto gane o deje de ganar con la música. Por ejemplo David Bisbal era músico con su orquesta popular ganando cuatro duros. Ahora estará más contento ganando más y con más éxito, claro, pero eso de que por no forrarse nos vamos a quedar sin música es una estupidez que no puede creerse nadie. Más bien al contrario, con frecuencia son las primeras obras de muchos músicos, las creadas en épocas difíciles, las mejores. La gente trabaja para vivir y nadie deja su trabajo si puede pagar las facturas y vivir dignamente con sus ingresos. No hace falta ganar decenas de millones de euros para cantar como no hace falta ganar miles de millones de euros para levantarse a las 5 de la madrugada e ir a la obra a poner ladrillos. No estoy en contra de que un cantante se gane la vida cantando pero que se haga archimillonario por grabar un disco... eso ha sido una circunstancia de una coyuntura determinada que como tuvo un principio tendrá un fin.

¿Cuál es la solución? ¿Que las discográficas persigan a unos cuantos usuarios que se bajan música que a lo mejor ni siquiera oyen mientras los CDs llevan un canon de la SGAE y en la calle se vende la música pirata impunemente? Seguro que ésa no. La única solución es bajar los precios de los discos para que estén al alcance de los bolsillos de la gente a la que van dirigidos. Para que 'no valga la pena' bajar, ni grabar ni copiar la música ni mucho menos comprarla en el top manta. Un buen disco a 4 ò 5 euros lo va a comprar todo el mundo. Lo que cuesta dinero es el trabajo para producir el disco, una simple copia hecha legalmente apenas vale nada. Hace falta valor, como decía Radio Futura. Se pongan como se pongan la música no se volverá a vender como antes. Es mi opinión.

En cuanto al video DVD hay muchos puntos de coincidencia pero también algunas peculiaridades.

También aquí la aparición de grabadoras domésticas al alcance de todos, el formato Divx y los programas P2P han tenido una importancia decisiva. También aquí hay ‘coleccionistas y piratas’. También aquí hay un canon de la SGAE totalmente injusto y abusivo. La misma tolerancia a la venta ambulante de las copias ilegales.

Para los DVD sirve todo lo dicho para CD: las grabadoras, los DivX, los reproductores de DivX, los ‘coleccionistas’, los circuitos de venta pirata, la permisividad, etc. Pongan los DVD a 6 euros y nadie se molestará en bajarlos de Internet ni en copiarlos del video club ni comprarlos a los piratas. Pero hay una cuestión que hace el caso diferente.

La música es un bien de consumo continuo, si nos gusta una canción podemos oírla con frecuencia durante un periodo prolongado de tiempo. Es por tanto de utilidad tener a mano la grabación para poder reproducirla y escucharla tantas veces como queramos. Sin embargo una película no. Una película la vemos una vez, raramente dos y no es común verla más. ¿Para qué queremos entonces tener la grabación, si una película vista – como un libro leído – ya no nos interesa demasiado?

Yo creo que es por un mero afán de coleccionismo, única y exclusivamente por eso. Todos estos jóvenes y no tan jóvenes que ‘se bajan’ cientos de películas con el eMule ¿las ven? ¿las ven más de una vez?

Recuerdo que hace unos 20 años una película en VHS costaba unas 15000 ptas de la época – el sueldo de una semana o más – pero nadie las compraba. Sólo los videoclubs porque las alquilaban, era un negocio. En consecuencia se vendían relativamente pocas copias, el negocio del cine estaba en la exhibición en salas. Sin embargo ahora la gente quiere tener a mano - porque la publicidad la incita a ello - la grabación de las películas que más le han gustado. Ya no cuestan el sueldo de una semana pero su precio sigue siendo elevado, más de 20 euros para las más conocidas. Una persona que ya ha pagado 6 euros para ver esa película en el cine ¿va a pagar al cabo de un año 3000 ptas más para tener una copia con fines meramente sentimentales? Yo creo que muy raramente. Con el video habría que considerar la venta como una especie de alquiler sin retorno, porque las películas – insisto – generalmente se ven sólo una vez, una película no es un bien de consumo continuo como la música.

Existe un vacío en la comercialización de películas que aprovecha la piratería para hacer sus ventas. La industria del cine tendría que darse cuenta de que hay un sector amplio de consumidores que está dispuesto a pagar cinco o seis euros por tener una copia de muchas de las películas que le han gustado, una especie de alquiler sine die, pero no veinte euros. Si en el momento que se retira una película de las pantallas de las salas de cine apareciese en DVD a un precio razonable, adiós piratería.

Hablando de piratería algunos se preguntan por qué no buscamos algun juego gratuito por la red, lo instalamos en el PC y lo pasamos igual de bien que con las últimas y caras novedades. Y por qué no enseñamos a los niños a jugar con unas canicas o al parchis. También por qué no compramos buena música, aunque no actual, en mercadillos. O por qué no vemos las muchas y buenas películas anteriores a 1.955 y que ya son de dominio público. La respuesta es evidente: por la publicidad.

La relación entre la industria y el consumidor es ambivalente, dual, una mezcla de amor y odio. Ellos sacan a la luz un producto, nosotros ni siquiera lo conocemos hasta que lo anuncian. Pero no sólo lo anuncian; nos machacan con él. Nos crean - y saben como hacerlo - la necesidad absoluta de poseer su producto. Puede ser el video, la cámara digital, la miniDV, la PS2, el coche llamativo o el último disco de Bisbal. ¿Cómo vamos a conformarnos después con una Kodak Instamatic o la música de mercadillo?.

La mayoría de mercados son competitivos, eso asegura que los precios desciendan. Todos saben que vendiendo un poco más barato conseguirán vender más, mientras siga habiendo beneficios todos se esfuerzan por bajar costes y precios. Pero en la música o el cine esto no es así. La comercialización de cualquier producto sujeto a propiedad intelectual es un monopolio en sí misma. Es verdad que compite con OTROS productos, pero no son lo mismo. El que quiera el último disco de Bisbal, por ejemplo, no tiene opción, no le vale el disco de Chenoa.

La piratería tiene una faceta positiva en este aspecto. Crea una competencia - superdesleal, de acuerdo - a la música oficial (o al cine). Por primera vez se pueden ver bajados de su pedestal y reconsiderar precios. La música es necesaria y debe estar al alcance de quienes la necesitan. Gran parte de ella va dirigida a los jóvenes que suelen tener economías modestas. ¿Qué pretenden, que la juventud se gaste todo su dinero en música y aún así sólo pueda disponer de una muy pequeña parte de ella? ¿Por qué motivo ha de ser así?

Algunos productos sujetos a propiedad intelectual (las patentes de fármacos por ejemplo) han de ceder por ley licencias a otros fabricantes. Esto se hace para evitar monopolios de hecho en productos considerados necesarios. ¿Acaso la música no lo es? ¿No convendría también algo similar con ella? ¿Por qué ese disco de Bisbal que estoy utilizando como ejemplo no lo comercializan dos o tres casas independientemente de modo que compitan entre sí?

Donde no hay competencia hay abuso, sea eBay, sea la música o cualquier otra cosa. Esta gente quiere todo nuestro dinero y encima que vayamos escasos de música. Y de repente se les ha dado con la puerta en las narices, los jóvenes tienen toda la música con un gasto mínimo. Y el dinero lo gastan en móviles y en hardware. Qué se va a hacer, nunca hay dinero para todo.

O hacen música para todos o que se la guarden donde puedan. Pero que no creen deseo para crear frustración.

El trabajo de un cantante es cantar y el de un actor es hacer teatro. Inventos como el cine y el fonógrafo permitieron, al principio casi como un juego, grabar esos trabajos de modo que cantantes y músicos se quedaban en casa descansando mientras los discos cantaban en su lugar; actores y tramoyistas se quedaban en casa mientras sus películas hacían lo propio. El boom de población y tecnológico hizo que se forrasen unos y otros mediante estas 'actuaciones diferidas'. Como si los trabajadores pudieran enviar a trabajar una fotocopia de sus manos. Cuantas más fotocopias, más sueldos.

Ahora la tecnología que antes les favoreció se ha puesto ahora en contra. Los avances actuales han conducido a que pierdan el control sobre sus obras. Ahora cualquiera puede clonar al cantante o al actor. Que la gente comparta gratuita y solidariamente sus ficheros de música y video es una consecuencia inevitable de las nuevas tecnologías. Otra cosa es que los venda, eso no.

Los músicos no inventaron el fonógrafo, ni el microsurco, ni el CD ni el MP3. Tampoco los actores inventaron el cine, ni el DVD ni el Divx. La vida es así, unas veces sopla el viento a favor y otras en contra. Que no se quejen porque han tenido una larguísima etapa muy privilegiada. Naturalmente no podía ser eterna, nada lo es. Que ajusten los precios a los costes y compitan. Ese es su reto.

A la larga saldrán ganando, la piratería ( la de verdad, la de la manta) ha creado un mercado de cine y música de bajo precio que antes no existía. Cuando la industria se decida a bajar los precios se beneficiará de ello.


1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

taxista en nueva york... pero si me dan a elegir..









humauaqueño

1/05/2007 10:11 AM  

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